En la actualidad, más de la mitad de las nuevas hipotecas que se contratan son a tipo fijo. Y este porcentaje irá aumentando porque las entidades y la nueva ley hipotecaria las promueven de manera importante. Las hipotecas a tipo fijo tienen tipos nominales muy atractivos, pero hay que tener en cuenta a la hora de firmarlas la letra pequeña, pues a largo plazo no son tan baratas como parecen.
Gastos que se suman a la hipoteca
A los costes de la hipoteca, ya sea a plazo fijo o plazo variable, hay que añadir diferentes costes obligados que encarecen el producto: costes de preparación, de tasación, de gestoría, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados…
Los gastos asociados a una hipoteca es uno de los muchos aspectos que se ha judicializado y que está provocando sentencias contradictorias en el Tribunal Supremo.
Clientes vinculados
Muchas entidades, además de obligar a domiciliar la nómina en caso de la concesión de una hipoteca, exigen a sus clientes añadir otros productos extras como tarjetas de crédito, seguros de vida, plan de pensiones, fondos de inversión, seguro de hogar…
En función del número de productos contratados, las hipotecas a tipo fijo se bonifican hasta llegar al tipo nomina mínimo, que es el que habitualmente se publicita. Esto quiere decir que si no se formalizan todos esos productos extra, la diferencia entre el tipo de interés puede ser hasta de 1,2 puntos porcentuales.
El anteproyecto de la Ley de Crédito Inmobiliario prohíbe expresamente las ventas vinculadas o combinadas, aunque esta prohibición tiene excepciones a aprobar por el Banco de España que se enfocan al beneficio del cliente.
Otro aspecto importante es el nivel de ingresos para acceder a hipotecas a plazo fijo. Muchas entidades exigen un nivel mínimo, para algunos bancos, un cliente con mayores ingresos en un usuario con menores probabilidades de caer en un impago, por lo que pueden ofrecer tipos más bajos.
El plazo es otro de los factores que incluye en el precio de estos préstamos. A menor tiempo de crédito, el tipo nominal también será más reducido. Por último, el porcentaje de valor de la vivienda es también un factor a tener en cuenta. Algunas entidades encarecen el crédito si se trata de una segunda vivienda, pues los clientes estadísticamente incurren en menos impagos en la vivienda habitual.
Evitar los cambios en los tipos de interés
La ventaja más evidente de las hipotecas a plazo fijo es la de proteger al cliente frente a las variaciones de los tipos de interés. Esto hace que la cuota mensual a pagar sea la misma durante toda la vida del préstamo. Históricamente, los tipos nominales asociados a las hipotecas a tipo fijo siempre han sido bajos.